Tras leer el artículo anterior ¿Tienes dudas? ¿Seré parte de ese grupo de personas rebeldes que le declaran la guerra al gluten? Si tienes una mínima incertidumbre acude a tu médico de cabecera para que te oriente y descifrar juntos qué sucede.
Diagnóstico
El diagnóstico de la celiaquía es crucial para mejorar tu salud y como consecuencia tu calidad de vida. Este proceso suele involucrar 4 etapas:
- Análisis de la historia clínica: el médico o la médica de tu centro de salud te preguntará por tus síntomas, antecedentes familiares y hábitos alimenticios.
- Realización de un examen físico: para evaluar el estado de salud general.
- Análisis de sangre: donde se medirá el nivel de ciertos anticuerpos (anti-transglutaminasa/tTG, anti-endomisio/EMA y anti-gliadina), los cuales suelen ser elevados en personas con esta enfermedad autoinmune.
- Por último, una biopsia del intestino delgado: mediante una endoscopia se introduce un tubo por la boca hasta el intestino delgado y se recoge una muestra de tejido. Esta se examina para detectar daños en las vellosidades intestinales, características de la celiaquía. No tengas miedo, te ponen anestesia.
Durante la realización de estas pruebas, es primordial no dejar de consumir gluten para poder detectar las alteraciones en nuestro cuerpo.
Resultados
En los resultados pueden aparecer tres casos.
- Alteraciones en anticuerpos y vellosidades intestinales, dando lugar a celiaquía.
- Ninguna alteración en anticuerpos pero sí en las vellosidades intestinales, siendo el resultado celiaquía.
- Ninguna alteración en los anticuerpos ni en las vellosidades intestinales, que desencadenan en una posible intolerancia al gluten.
Tras el diagnóstico, la única solución es seguir una dieta sin gluten.

Recuerda
Si sospechas que podrías tener celiaquía, no dudes en consultar a tu médico. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar.
¿Tienes alguna pregunta sobre el diagnóstico de la celiaquía? ¡Déjame un comentario!